Fuente: La Vanguardia
Ford inicia la comercialización en Europa del nuevo modelo, un icono de emociones intensas, un sonido intimidante y la legendaria estética canalla del mito americano por excelencia
Hay un viejo dicho en EE. UU. sobre los motores V8 que reza: There is no replacement for displacement. Es decir, no hay nada que pueda sustituir a la cilindrada. En otras palabras, cuanto más gordo, mejor…. Y mucho de cierto hay en eso, porque cuando uno prueba un motor como el atmosférico 5.0 V8 Coyote de Ford, se da cuenta de que las cosas en América son diferentes.
Las sensaciones que transmite una mecánica de estas características, su sonoridad –con ese incomparable gorgoteo al ralentí y con el ronco bramido de sus escapes al acelerar–, la forma lineal y progresiva pero contundente y demoledora de entregar la potencia y, en definitiva, esa autenticidad y brutalidad típicamente yanqui son aspectos únicos, inigualables y especiales que transforman la experiencia de conducción y las emociones al volante.
Para sentir la esencia del “estilo de vida americano”, nada mejor que el mito por excelencia del automovilismo estadounidense, el rey de los muscle cars, un icono de la cultura popular, el cine y la TV: el legendario Ford Mustang. Después de cautivar a los aficionados de medio mundo durante casi 70 años, el emblemático deportivo resurge para seguir conquistando corazones ahora con una estética renovada pero que aún mantiene el espíritu del diseño original, una cabina inmersiva de estilo avión con una conectividad mejorada y un rendimiento optimizado para hacer las delicias de los puristas de los V8.
Cincelado por sus seis décadas de historia, el diseño del Mustang –disponible con carrocería cupé y descapotable– sigue presentando esa inconfundible silueta fastback, con un largo capó esculpido y las poderosas aletas traseras, que son la clave de su musculosa prestancia. Su mera presencia ya acelera las pulsaciones de quien lo contempla, como viene sucediendo desde el primer Mustang de 1964.
El nuevo alerón delantero y los faldones laterales mejoran la aerodinámica, mientras que los led actualizan las clásicas luces traseras de tres barras, otro elemento icónico y característico del modelo desde siempre.